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martes, 8 de septiembre de 2015

FALTA DE CULTURA CIUDADANA Y SUS REPERCUCIONES EN BOGOTÁ.


Foto tomada de http://www.ciudadviva.gov.co/febrero09/periodico/3/
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En Bogotá, la falta de cultura ciudadana ha estado afectando gravemente y desde hace décadas, no sólo al medio ambiente, sino a todos y cada uno de los ciudadanos, siendo la contaminación en el ambiente uno de los problemas más comunes que se presentan en el diario vivir. Los parques, las esquinas, los “potreros”, las fuentes de agua, entre otros, son los lugares más comunes en donde se evidencia este problema.
Esta problemática debería haberse tratado mucho tiempo atrás y aunque cada vez son más los habitantes que se están preocupando por la recuperación de ciertos lugares que requieren de intervención ambiental, se necesitan establecer planes más claros y sanciones severas que podrían ayudar de una manera más directa.
Más que obligar a cumplir reglas, es establecer un mejor método en donde se mejore la cultura ciudadana y el respeto por el entorno, para así incitar a una participación sana. Con el fin de mejorar el ambiente de la cuidad.
Algunas entidades como el Acueducto de Bogotá, la Secretaria Distrital de Planeamiento, la Secretaria de Ambiente, entre otras, están gestionando para la intervención de estos sectores, con el fin de recuperar las fuentes hídricas y los entornos naturales para mejorar el medio ambiente; la calidad de vida de la fauna, flora y los habitantes que viven a los alrededores.
Entre tanto, en un informe presentado por el ministerio de hacienda señala que las empresas de servicios públicos han estado cobrando más subsidio del autorizado, además de no estar utilizando el recaudo por contribuciones solidarias el cual es cobrado a los usuarios de los estratos 5 y 6, diseñado para financiar los subsidios.
La falta de implementación de programas anti-corrupción de las empresas prestadoras de servicios públicos, le está costando  mucho a Bogotá, dineros que podrían verse invertidos en obras que realmente beneficiaran a la población, esto pone en tela de juicio la responsabilidad social de estas empresas para con Bogotá, además de poner en cuestionamiento la administración de estas empresas ya que por una parte los ciudadanos que prestan el servicio de reciclaje no se encuentran bajo una vinculación optima con las empresas de aseo, ni cuentan con una retribución significativa por su labor. Se abre el interrogante de si se deberían realizar las labores recaudadoras de las contribuciones solidarias. Sin embargo no solo debemos cuestionar la administración de los servicios públicos sino también los procesos administrativos de los municipios ya que no realizan la labor de verificar las cuentas de cobros presentadas por dichas entidades.


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